Bolo de Cobeña: salvados por la campana

Concierto apoteósico: empezamos fatal y terminamos medianamente bien. Para ser The Husbands, no fue mal la cosa.

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Problemas con la prueba de sonido, casi nos zurramos entre nosotros mismos. Cantante enfermo: catarro del 15, que le mermó sus enormes cualidades. Aún así cumplió como siempre, de sobra. Bautizo de Markus. El gran guitarra procedente de tierras bárbaras mostró a la audiencia el lado más salvaje de su furia musical. Un crack, sin duda. Punto negro. Un puñetero borracho nos amargó el concierto. ¡Qué pesado! Entre su catarro y este individuo, casi nos matan a nuestro querido cantante. Todavía en sueños le veo y oigo decir:'tocar algo de los Rolling, colega'. Gracias a todos por vuestro apoyo. Sin vuestro respaldo nos habrían corrido a gorrazos en más de un sitio. Saludos a todos los incondicionales.